2º PREMIO ESCRIBIDORES CATEGORÍA: CUENTOHace algún tiempo un buen artesano decidió hacer un lindo sillón, el cual no sabía lo que el futuro le deparaba, y es que como todo articulo, primero se le da forma y ya después de mucho tiempo entiende para que fue creado.El caso es que una mañana dicho artesano decidió hacerlo como nunca otro se había visto, no sólo seria cómodo, si no que además ahí se vivirían historias que pocos podrían olvidar; Algunos vivirían historias que recordarían con tristeza otros, con alegría infinita.Creado con la mejor madera, de esa que el tiempo no daña tan fácilmente, la tapicería fue diferente, el color y el diseño lo serían también, con cuatro patas bien macizas para aguantar el paso del tiempo y el peso de los años, que no se moviera y que si lo hacia pudiera seguir permaneciendo de pie.Azul cobalto fue el color con el que fue diseñado, un respaldo fuerte para que, cuando alguien descansara la espalda también se sintiera con el apoyo preciso, como cuando un hermano o un verdadero amigo te tiende la mano.Al final de dos meses de intenso trabajo, el sillón estaba terminado. El día que lo sacaron al aparador, el artesano no solo veía con orgullo su obra si no que además, esperaba llegara un comprador apropiado, uno que le diera buen uso y que lo apreciara lo suficiente como para no desprenderse de él rápido.Llegaron muchos interesados, preguntaban su precio, lo observaban, los mas intrépidos se sentaban a probar su comodidad, hasta que Ella llego, lo miro, al principio dudaba un poco, le dio varias vueltas, lo toco despacio, lo olio y sintió que en realidad era justo lo que estaba esperando, pregunto el precio y asombrada con los ojos bien abiertos y el bolsillo hueco pidió se lo apartaran, “solo unos meses en verdad me gusta lo quiero y no pienso dejarlo ir”; El artesano la vio tan decidida que aceptó unas cuantas monedas, con la advertencia de que si no cumplía con el plazo acordado seguiría mostrándolo hasta que llegase la persona que en verdad tuviera además de las ganas, el dinero suficiente para poder mantenerlo y cuidarlo. Así pasaron un par de meses, ella entusiasmada cada vez que cobraba, apartaba una cantidad de dinero lo suficientemente grande como para que en poco tiempo pudiera llevarlo a casa.Preparó una esquina donde estaba una ventana y una mesita en la que sólo tenia una lámpara de esas que son muy viejas, y es que esa lámpara se la había regalado su abuela, a quien apreciaba mucho que había muerto de cáncer en el estomago hacia ya varios años. Arregló el rincón como se prepara una cena especial con alguien a quien se ha esperado desde hace mucho tiempo, con esa ansiedad y esas mariposas estomacales que solo el amor puede dar. Cada día pasaba frente a la tienda esperando ver su sillón, se metía y lo observaba con impaciencia, el artesano la observaba a veces desde lejos y comprendía que ella era la indicada para tener esa obra, su obra.Y llegó el día esperado, con emoción llego a la tienda dio el ultimo pago y le entregaron el sillón. Ya en la calle se dio cuenta de que era un problema eso de llevárselo, eso no lo tenía previsto. Al final de la calle había un sujeto que amablemente le ofreció su ayuda, lo llevarían cargando, de cualquier forma estaba cerca su casa, y así entre risas y miradas llevaron por fin el sillón al lugar que tanto le había esperado.Abrió la puerta, encendió la luz, mientras tanto el agradable desconocido esperaba afuera de la casa con una mirada turbia, seria por el cansancio de caminar tanto con una carga tan pesada y es que no solo era la carga del sillón, sino del pasado, la de los recuerdos él pensaba, es la que pesa mas. Abrió la puerta de su casa de par en par, ayudo al desconocido a meter el sillón al lugar que ella había apartado con tanto deseo, hicieron a un lado las cosas que no les permitía el paso, lo colocaron en el lugar y con una sonrisa cómplice ella le ofreció un trago, él gustoso acepto y se sentaron en el viejo comedor a beber una cerveza bien fría, al principio las palabras faltaban, las típicas preguntas acerca de el nombre, a que se dedican cada uno de ellos, como llegaron a ese lugar, entre charla y charla las cervezas salían y bebían hasta que el tiempo transcurrió casi sin sentirlo, las botellas vacías y el sillón quedaban como cómplices de lo que esa noche pasaría.Ya con los tragos encima y con la confianza que solo la borrachera te ofrece, él se acerco lentamente, la levanto de la cintura lentamente, ella sentía el frío en su cuerpo, inclinaba su cabeza, sabia que no debía hacerlo era un desconocido pero esa sensación de deseo hacia mucho no la sentía, así que inclinaba la cabeza hacia un lado para sentir el aliento de él, le decía palabras dulces aderezadas de besos pequeños, y lengüetazos en el oído, así que dejo de lado el pudor y la vergüenza de pensar que tal vez él pensaría mal de ella. Decidió voltear y sentir el animal furioso que el desconocido le ofrecía para que al menos una noche la soledad no fuera tan pesada como lo ha sido en otras noches.Al voltear lo beso con tanta necesidad de sentirse poseída que Antonio no tuvo mas que poner sus manos en sus pechos en correspondencia a ese beso tan intenso, ella desabotono su blusa despacio para que pudiera verla bien, él amablemente le desabrocho el bra, inclino su cara y le beso lentamente con ligeras mordidas que a ella excitaban mas, ella tocaba al animal lo hacia lenta y repetidamente hasta inclinarse a besarle y saborear el jugo. Le llevo hasta el sillón y ahí juguetearon largamente hasta que cada uno llego justo al sitio donde la carne deja de ser carne y el espíritu se vuelve inerte.La mañana siguiente Ana presurosa se levanto, y lo vio ahí tirado en el piso, desnudo.Con una sensación de culpa y alegría fue hasta el baño y se planto en la regadera, tratando de recordar cada una de las sensaciones que una noche antes había sentido, cuando ella cerraba los ojos y se tallaba la cara Antonio entro a la regadera a seguirla tocando por un largo rato, de nuevo se besaron y las sensaciones regresaron. Ella salió del baño y preparo algo para desayunar: un poco de café y un pan tostado, se sentaron a la mesa siguieron charlando y cuando menos se dieron cuenta pasaron varios meses con una relación que nunca antes hubieran pensado podría existir o pudiera ocurrir, al paso de los meses el sillón que había representado el inicio de algo muy intenso quedo simplemente al olvido, de pronto habitaba en ese lugar otro inquilino, y con ese inquilino había que renovar la casa, muchas cosas se fueron a la calle entre ellas el sillón.Ahora estaba en la calle con una historia guardada en la felpa. Pasaron varios días y muchos indigentes que aprovecharon la comodidad del mismo para que llegara el siguiente propietario.Un hombre maduro al verlo y sentarse en el decidió llevarlo a su casa, su casa era apenas un cuarto en donde tenia lo indispensable, una pequeña mesa, un radio de pilas que solo sintonizaba un par de estaciones pero que definitivamente era su compañero, una maquina de escribir y muchas hojas tiradas alrededor, una parrilla con la marca del cochambre de que alguna vez fue ocupada, trastos sucios y eso si un refrigerador lleno de alcohol. El cuarto era viejo, apenas y tenia un poco de luz, en lugar de ventana tenia la puerta un agujero donde la luz del día apenas y entraba, no había aire, la luz de un foco todo el día y toda la noche permanecía encendida.Tardo mucho para poder llevar el sillón, estaba muy borracho así que el esfuerzo de llevar consigo una carga era el doble de difícil. Por fin lo metió y le decía que ahora él sería su compañero, Mauricio tenia mucho tiempo solo, hacia unos años que tuvo una familia su esposa un día harta de las borracheras continuas decidió dejarlo sobraban los motivos, entre el alcohol, drogas y prostitutas su vida conyugal se volvió un martirio.Un día ella con el fastidio de su historia y mientras el dormía, resolvió llevar solo lo necesario, su familia la esperaría, solo tomo una bolsa y justo en el instante en que se disponía a ir a la calle con lagrimas en los ojos, él despertó le pidió le acercara una vacha y le pregunto que a donde iría, ella con el llanto en la garganta solo pudo contestar que iría a algún lugar donde el ya no le pudiera hacer daño, le pidió perdón por que aun cuando le amaba mucho no podía seguir, el no entendía lo que pasaba. Se levanto y le abrió la puerta, ella tampoco entendía, esperaba que el la detuviera que le dijera que cambiaria. Al salir lo beso y no volteo la vista atrás. Mas tarde después de fumar la vacha y dormir otro poco se levanto y entendió que no era un viaje, ¡era real lo abandono!, tomo el teléfono celular le llamo pero después de muchos intentos entendió que ella no volvería a contestar.Mauricio pensó que eso pasaría, que seguramente era una crisis matrimonial y decidió esperar, tiempo mas tarde se la encontró en la calle con una sonrisa le saludo, lamentablemente al querer acercarse se dio cuenta de que iba acompañada. Así que solo levanto la mano y dijo adiós, desde entonces se dejo caer aun mas, vendió todo y se deshizo de sus recuerdos pensó que era mejor así, dejarlo todo en el olvido.Alquilo un cuarto que es donde el vivía y ya tenía un compañero: el sillón.Esa noche comenzó a beber ahí sentado y contaba sus vivencias, se quemo de un lado por que un cigarro cayo, el se quedo dormido balbuceando cosas que difícilmente tienen traducción.Ya por la mañana al levantarse desayuno lo que acostumbra, un vaso de cerveza, se peino un poco y salió a la calle a buscar más de lo mismo, drogas, alcohol y una prostituta que le confortara en sus ratos de soledad. Por la noche al regresar a casa con su compañía la prostituta le hacia preguntas, el no podía contestar estaba muy intoxicado, para pensar entonces la tomo del y le grito: ¡Puta de mierda ven a chupármela que para eso te he traído!, se sentó en el sillón y la prostituta lo lamió, él solo movía la pelvis de un lado a otro cada vez mas rápido y le levantaba la cabeza solo para insultarla decirle que era una buena puta y que tenia que hacer lo que el deseara. De pronto la levanto y la inclino sobre el sillón alzo la falda y la penetro por detrás, la prostituta solo grito y el se le montaba cada vez mas violento la jalaba del pelo le mordía la espalda hasta que ella en un intento de levantarse le golpeo. El cuando sintió el golpe respondió mas violento le dio una bofetada que la tiraría al piso, cayo sobre una botella tirada que se rompería, de pronto un río de sangre adornaría el piso, él no se dio cuenta y volvió a montarla, se vino en su cara y de nuevo le dijo lo puta que era, se durmió sobre ella, al despertar pensó en lo que había ocurrido se levanto a ver su cara en el espejo roto y decidió pedirle una disculpa, regreso al piso le abrazo sintió su cuerpo duro, acerco su cara a la cara de ella para sentir su aliento y se percato de que la ropa la tenia mojada de un liquido espeso, de nueva cuenta se levanto y se acerco a la rendija de su puerta, observo su mano y se dio cuenta de que era sangre, regreso a verla y se asusto tanto que grito, la levanto como pudo y entendió solo entonces que ella estaba muerta, que el le había quitado la vida.Como no sabia que hacer, salió corriendo con gran desesperación, pensó que debía correr hasta donde no le conocieran a donde nadie le dijera mas nada, donde no hubiera reproches, donde los lamentos y los remordimientos no le hicieran daño, corrió tanto que encontró una calle, en el bolsillo siempre cargaba una navaja, se sentó en la banqueta miraba a su alrededor y solo encontraba rostros de desconocidos que le miraban con curiosidad, siempre en el bolsillo cargaba una lata de activo por aquello de las dudas, la saco, mojo un papel e inhalo como si con eso las imágenes desaparecieran pero la ansiedad le recorría cada vez mas, ahora los rostros tenían nombre, sus padres, su familia y su matrimonio fallido. Desesperado gritaba perdón, lloraba y se lamentaba de haber perdido a quienes amaba, la gente pasaba y se hacia a un lado lo miraban con miedo, así que se decidió, saco la navaja, se levanto y con la mirada perdida se corto el cuello.Al otro día en el periódico saldría que un indigente se había suicidado por un pason y que habían encontrado a una prostituta muerta en un cuarto de azotea.El sillón llego a Garibaldi, no sin antes pasar por un antro de esos donde las chicas bailan con muy poca ropa, cuando dejo de ser útil, lo abandonaron en la explanada y entre los mariachis y la lluvia apareció en mi vida lo llevamos a casa y ahora solo el tiempo dirá que historias nuevas podrá guardar entre la tapicería y el relleno, yo espero que la historia no sea mala y que lo que sea que tenga que recordar sirva para aprender un poco mas.
