lunes, 28 de junio de 2010

El circo


Hubo una vez, una ciudad que más que ciudad parecía circo, era enorme, estaban organizados en una circomecracia, en la cual los changos decidían quien iba a representarlos. Muchos changos no fueron oídos y entonces los cerdos eran los que no solo tomaban decisiones sino que además discutían las leyes y las formas de organización de los changos.
Había tres partidos políticos: el de los cerdos que era religioso y además bastante radical les gustaba poner leyes en las que los changos estuvieran bien controlados, otro de los partidos era el de las hienas, ese en particular era el peor, estuvo mucho tiempo gobernando y burlándose de los changos, y por último teníamos al partido de las guacamayas las cuales como podrán imaginarse eran bastante volubles y la mayoría de las veces se la pasaban hablando sin saber por que.
La cosa es que este circo estaba entrando en descontento, los cerdos, que ahora gobernaban prometieron muchas cosas, entre ellas el empleo, las cuales no habían sido cumplidas, los changos al principio estaban muy molestos, pero no imaginaban que los cerdos tenían preparada una sorpresa.
Una vez el cerdo mayor pensó que algunos negocios tendrían que ser manejados de manera mas rígida y que lo mejor era que estos pagaran cuotas para que pudieran seguir trabajando, entonces se armo de valor e hizo una obra de teatro en la cual los cerdos peleaban contra los changos malos, hubo muchos animales que perdieron la vida, pero eso no importaba la cosa era acabar con los changos malos y darle a la población mucha seguridad lo que incluía cámaras de vigilancia en todos lados y algunas prohibiciones en cuanto a los horarios, por decir algo.
La cosa es que los changos vieron el espectáculo y se asustaron un poco, muchos pensaron que estaba bien y otros tantos no.
Al final de la función el cerdo mayor les dio un discurso y les dijo que estuvieran tranquilos que el defendería la seguridad de todos ellos y como regalo les transmitiría juegos de futbol en pantallas gigantes y en zonas publicas, los changos llegaron a casa y pensaron que el cerdo mayor era un buen animal, se preocupaba por ellos.
Y así mientras ellos veían los partidos de futbol, los cerdos autorizaban impuestos, que por su puesto solo beneficiaban a los changos que tenían más dinero.
Pero eso no importaba la cosa era celebrar que iban a cumplir 200 años de haber sido domesticados, y eso era lo mas importante.
Pobres changos, celebrando y celebrando no se daban cuenta que estaban mas hundidos hoy que hace 200 años cuando al menos tenían una cultura propia y tenían la libertad de creer en lo que quisieran.

jueves, 17 de junio de 2010

Libre mercado

Hasta donde Mister Adam Smith concebía el libre mercado, una de las reglas básicas es la no intervención estatal en la economía, eso incluye el precio de las divisas.
Anteayer por la tarde se anuncio que se limitaría la cantidad de dolares a cambiar en las casas de bolsa y que supuestamente es para evitar el lavado de dinero.
Lo único cierto de todo esto, además de la tan aplaudida y desorganizada guerra contra el crimen organizado, es que al final sigue siendo una barrera estatal para el libre mercado.
¿No será acaso que que estas políticas desorganizadas están provocando una fuga de capitales? O peor aun ¿no será que viene una devaluación como en los años 70?
Lo único real es que el libre mercado no ha funcionado como se espera, ya viene el bicentenario y hoy mas que nunca dependemos enormemente de los capitales extranjeros, ¿cuál libertad entonces?
La libertad de elegir, esa ya nos la perdimos.

martes, 8 de junio de 2010

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Estoy aquí, viendo a mi alrededor, pasillos, muros, ventanas, computadoras, a mi vecino que no deja de mirarme las piernas (eso pasa cuando usas falda en una biblioteca), ya no se que decir, ni que escribir, ni que leer.
Sigo mirando, y veo al viejezuelo de enfrente jejeje, picaron tiene una pagina de esas donde las chicas salen sin, nonono pero con poca ropa, el que este pequeña no significa que no traigan.
Ya me aburrim, un demonial, estoy hasta el wwwwwwwwwwwwwwwwweb de todo.
ya lei casi todos los blogs que tengo y no, ya no me funciona nada, kiero aaaaaaaaaaaa fumar, eso voy a hacer.
Bueno saludos a todos y lamento que mi histeria y poca imaginación les haya llegado.

martes, 1 de junio de 2010

Alameda

Cuando Carlos conoció a Luis se sintió aliviado. Una vez caminando por la Alameda central se encontró con que ahí por la noche había un espacio, donde los prejuicios quedaban de lado, ahí mismo donde cada domingo algunos heteros, especialmente albañiles y sirvientas se van a ligar, también había un espacio para aquellos que salían del closet.

Así que usualmente cuando salía del trabajo solía caminar por ahí, se sentaba en una banca y observaba lo que ocurría a su alrededor, le llamaba la atención, se excitaba incluso al ver como dos chicos muy jóvenes se tomaban de la mano, se decían cosillas al oído y se besaban.

Cierto día sentado en la banca de siempre se acerco un hombre como de unos 40 años, era alto, moreno un tipo atractivo, y comenzó a hacerle la platica, le contó que el al igual que otros muchos que pasean por ahí, tienen familia, una de esas familias normales, y que en muchos casos aprovechaban ese espacio para darse unas pequeñas libertades.

Carlos se molesto, y salio de ahí corriendo maldiciendo, pensando en que ese tipo le había visto la cara de que. No paso mucho tiempo para que regresara a la misma banca y ahí de nuevo estaba el, solo que ahora Carlos era quien iniciaba la platica, se disculpo y le contó que para el no era nada fácil eso de darse ciertas libertades, le contó que era difícil pues su familia era muy conservadora, que qué dirían de el, y que muy probablemente su esposa, sus hijos y hasta su madre lo condenarían.

El alivio no duro mas de 5 visitas a la alameda y algunos tragos, el miedo llevo a Carlos justo a donde siempre había estado, en casa, con sus hijos y una relación con su esposa cada vez más difícil.

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