Hubo un día, que luego se hizo noche y así pasaban las horas, las lunas y los soles.
Sin embargo, llego ese momento en que los soles se volvieron estrellas radiantes, las lunas auroras y las horas regalos de minutos.
Aparecieron mis padrinos que siendo magicos me regalaron un alma que ha escrito, comido, bailado y gozado, no conformes me dieron una estrella que cambio el color de la luz que me alumbra.
Mi año comienza contigo de la mano y con un gran espacio ocupando mi pecho.
Bienvenida mi luz, bienvenido mi Corazon.
Feliz yo, contigo, con él y siempre con ellos.