No se en que momento paso, solo se que ya esta ahí instalado haciendo una mueca rara con sus ojitos coquetos.
No se ha movido, mas que para acomodarse y dar de vez en cuando un pequeño estirón de su espalda, adoro ver su torso desnudo retozando frente a mi.
Ese Angel ya se acurruco en un apartamento instalado en mi cabezota, tiene aire acondicionado y basicamente todas las comodidades que uno puede obsequiar a quien ama.
Dicen que los angeles son demonios disfrazados, seguramente él lo es, cada tanto me quema la piel y juega a humedecer mis labios cuando arruga la frente y me mira a los ojos. Complaciente, me lleva de rumba y bailamos y cantamos.
Tengo miedo, pero que mas puede pasar si el infierno de mis recovecos suele estar en llamas.
Gis