Hubo una vez, una ciudad que más que ciudad parecía circo, era enorme, estaban organizados en una circomecracia, en la cual los changos decidían quien iba a representarlos. Muchos changos no fueron oídos y entonces los cerdos eran los que no solo tomaban decisiones sino que además discutían las leyes y las formas de organización de los changos.
Había tres partidos políticos: el de los cerdos que era religioso y además bastante radical les gustaba poner leyes en las que los changos estuvieran bien controlados, otro de los partidos era el de las hienas, ese en particular era el peor, estuvo mucho tiempo gobernando y burlándose de los changos, y por último teníamos al partido de las guacamayas las cuales como podrán imaginarse eran bastante volubles y la mayoría de las veces se la pasaban hablando sin saber por que.
La cosa es que este circo estaba entrando en descontento, los cerdos, que ahora gobernaban prometieron muchas cosas, entre ellas el empleo, las cuales no habían sido cumplidas, los changos al principio estaban muy molestos, pero no imaginaban que los cerdos tenían preparada una sorpresa.
Una vez el cerdo mayor pensó que algunos negocios tendrían que ser manejados de manera mas rígida y que lo mejor era que estos pagaran cuotas para que pudieran seguir trabajando, entonces se armo de valor e hizo una obra de teatro en la cual los cerdos peleaban contra los changos malos, hubo muchos animales que perdieron la vida, pero eso no importaba la cosa era acabar con los changos malos y darle a la población mucha seguridad lo que incluía cámaras de vigilancia en todos lados y algunas prohibiciones en cuanto a los horarios, por decir algo.
La cosa es que los changos vieron el espectáculo y se asustaron un poco, muchos pensaron que estaba bien y otros tantos no.
Al final de la función el cerdo mayor les dio un discurso y les dijo que estuvieran tranquilos que el defendería la seguridad de todos ellos y como regalo les transmitiría juegos de futbol en pantallas gigantes y en zonas publicas, los changos llegaron a casa y pensaron que el cerdo mayor era un buen animal, se preocupaba por ellos.
Y así mientras ellos veían los partidos de futbol, los cerdos autorizaban impuestos, que por su puesto solo beneficiaban a los changos que tenían más dinero.
Pero eso no importaba la cosa era celebrar que iban a cumplir 200 años de haber sido domesticados, y eso era lo mas importante.
Pobres changos, celebrando y celebrando no se daban cuenta que estaban mas hundidos hoy que hace 200 años cuando al menos tenían una cultura propia y tenían la libertad de creer en lo que quisieran.