martes, 1 de junio de 2010

Alameda

Cuando Carlos conoció a Luis se sintió aliviado. Una vez caminando por la Alameda central se encontró con que ahí por la noche había un espacio, donde los prejuicios quedaban de lado, ahí mismo donde cada domingo algunos heteros, especialmente albañiles y sirvientas se van a ligar, también había un espacio para aquellos que salían del closet.

Así que usualmente cuando salía del trabajo solía caminar por ahí, se sentaba en una banca y observaba lo que ocurría a su alrededor, le llamaba la atención, se excitaba incluso al ver como dos chicos muy jóvenes se tomaban de la mano, se decían cosillas al oído y se besaban.

Cierto día sentado en la banca de siempre se acerco un hombre como de unos 40 años, era alto, moreno un tipo atractivo, y comenzó a hacerle la platica, le contó que el al igual que otros muchos que pasean por ahí, tienen familia, una de esas familias normales, y que en muchos casos aprovechaban ese espacio para darse unas pequeñas libertades.

Carlos se molesto, y salio de ahí corriendo maldiciendo, pensando en que ese tipo le había visto la cara de que. No paso mucho tiempo para que regresara a la misma banca y ahí de nuevo estaba el, solo que ahora Carlos era quien iniciaba la platica, se disculpo y le contó que para el no era nada fácil eso de darse ciertas libertades, le contó que era difícil pues su familia era muy conservadora, que qué dirían de el, y que muy probablemente su esposa, sus hijos y hasta su madre lo condenarían.

El alivio no duro mas de 5 visitas a la alameda y algunos tragos, el miedo llevo a Carlos justo a donde siempre había estado, en casa, con sus hijos y una relación con su esposa cada vez más difícil.

No hay comentarios:

Etiquetas