Y hubo un día en el que la noche yacía
como alfombra entre mis pies, al día siguiente con el cabello alborotado me
acerque a acomodar algunas de las sirenas que tenia guardadas en el buró, las
tenia ahí para que no pudieran escapar o ser robadas por algún desconocido,
ellas a veces cantaban bajito y producían un delicioso aroma a mar que permitía
me relajara para poder conciliar el sueño.
Me miraba frente al espejo y una sonrisita retorcida se asomaba por una
de las esquinas, con una mirada bruja que me hacia humedecer los labios y
regresar a la cama, a seguir viendo como la noche yacía como alfombra entre mis
pies.
Hubo otro día en el que pude ver
como por la espalda me salían pequeños granitos duros muy duros que se tronaban
y formaban plumas, muchas plumas que se tronaban de nuevo y se hacían alas,
grandes alas, hasta que estas se tronaban y salía sangre, mucha sangre que
dejaba a lo largo del camino formas de recuerdos, y que estas después se
formaban en historias…
Hubo otro día que recuerdo con
mucha nostalgia, ya no se bien cuando, ni tampoco donde… aunque sí con quien…
no sé si él lo haga… y hubo un día en el que olvide olvidar y no perdone que me
hubieran perdonado.
Y hubo un día en el que me
escondí de mí, que no me encontraba y cuando por fin me halle recordé que hubo
un día en el que prometí no volverlo a hacer.
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