Dejenme les cuento un
cuento, que no es tan cuento, no como esos que nos cuentan los que
nos cuentean todas los dìas...
Imagina que vives en
una colonia, y que dicha colonia està ubicada en una zona donde las
casas crecen y crecen, tu casa es pequeña y crece lentamente, debido
a que los que trabajan (y aportan) son pocos, el resto de los
integrantes de la familia son desempleados y algunos mas ancianos que
viven de su pensiòn.
Un dìa el presidente
de colonos decide “integrar” a todxs los que habitan la colonia,
en una zona que ellos llaman comun, donde en lugar que haya rejas en
las calles todos los habitantes podran caminar donde les plazca. Tù
al ser invitado ves grandes (aparentes) beneficios, te imaginas a los
abuelos caminando en el jardìn del vecino, y que dado que todxs
seràn iguales, podràn tener los mismos servicios, de salud por
ejemplo.
Sin embargo, despuès
de la charla tan amena, llega el Presidente de colonos y te informa
que pues eres bienvenido pero deberàs hacer algunas “modificaciones”
para que puedas ser “igual” al resto. Una de las condiciones es
que a los abuelos les quites de su pensiòn una modica cantidad, a
los desempleados les obligues a ser productivos y a los niños que
tienes en casa les limites la educaciòn; ellos a cambio te ayudaràn
con un credito “suavecito” a largo plazo a que tu casa crezca.
Tù emocionado piensas
que los sacrificios que harà la familia vadràn la pena, ahora seràn
como los otros.
Aceptas, pero no le
dices a la familia que los bondadosos vecinos te prestaron bajo esas
condiciones, a todos les limitas el presupuesto y de pronto los
miembros de tu familia al ver que el dinero no alcanza te comienzan a
hacer preguntas y comienzan los desmadres, los niños te reclaman sus
dulces, los ancianos sus medicamentos y asì.
En eso el dulce vecino
llama a tu puerta y te dice (gentilmente): “Oye weeeee ya te
colgaste con el pago del credito, que pex, como le hacemos” Tuerces
la boca, y le explicas que la cosa esta cabrona, que algunos otros
miembros de tu familia se han quedado sin empleo, que tus abuelos
cada vez requieren mas medicamentos y que los chamacos como estan
creciendo requieren de mas cosas, ademàs un par de mujeres de la
casa estàn embarazadas.
El gentil vecino,
entonces, se toca el corazon y te dice: “Ok, no hay pedo, te
volvere a prestar y te dare chance de que me pagues después” Tu
sonries y piensas que chido por los vecinos tan buena onda.
Al paso del tiempo, la
cosa se agrava, tu casa sigue sin crecer en cambio las de los
vecinos, especialmente los Aleman, crece de tal forma que ya viven en
un castillo, quien lo pensara, la pinche Angela tan flaca que era y
ora tan cachetona que se ha puesto. Sonries de nuevo pensando que si
te lees de nuevo esos 500 libros de economìa, finanzas y uno que
otro del Miguel Angel Cornejo la cosa cambiara.
Pasaron ya otros 5 años
ademas de un par de prestamos mas de los vecinos buena onda, hasta
que un dìa abres los ojos y te das cuenta que en ultimas nunca has
ido a caminar al jardin del puto vecino mamon, que tu familia ni sale
de la pinche casa y que ademas han osado nombrarla patrimonio
cultural de la humanidad y no podras hacerle ni una modificación que
por que ya no es tuyo.
Llega de nuevo el
vecino buena onda y le dices que no le vas a pagar ni madres, este se
asusta y te dice que si no le pagas te van a quitar todas los
beneficios de vivir en el enrejado, en mas te van a enrejar pa
aislarte y sacarte la lengua de vez en vez nomas por el gusto de
decirte malagradecido, irresponsable y hasta culero.
Asì Grecia, y nosotros
¿Cuando?
Engripadamente Gis.