“En verdad muchas cosas dejaron
de importarme. Y me alegro.
Que me roben las maletas y yo pueda viajar
con las manos libres.”
Alejandra Pizarnik a León Ostrov.
“El monstruo desapareció” decía una nota que encontré arrumbada
en un viejo libro. No tenía remitente, solo era eso un pedazo de papel viejo
con esa extraña leyenda.
Quise indagar sobre quien pudo haberlo escrito, le pregunte
a mi sombra y solo se dio la vuelta musitando en voz bajita “fuimos todos”, no
quería quedarme con esa duda y fui a preguntar a las fotos, encontré una imagen que estaba como borrosa, al fondo
parecía que había unos árboles de esos grandotes en los que dicen las brujas se
columpian, luego la imagen de una niña pienso que era pequeña porque apenas y
alcance a distinguir una trenza larga y un vestidito de color rosa.
En eso llego mi sombra y de nueva cuenta me dijo: “fuimos
todos”
La verdad que me enoje y le grite dos tres groserías
pidiéndole que fuera clara. Ella me contesto burlonamente que lo único claro
era que yo no quería escuchar.
Paso seguido corrí al armario, busqué cualquier cosa que me
diera una señal, y encontré un cuaderno de notas viejas, me senté a leerlas de
nuevo, encontré poemas y cartitas bobas, algunas debo confesar me pusieron
rojitos los ojos. Pero ahí estaba una señal, una hoja estaba rota, justo en una
esquinita, fui rápido por la nota y comparé, la hoja era de ese cuaderno.
¡Bingo!
Con la certeza que da el miedo, decidí preguntarle a mi
vieja versión, la encontré bastante más rota de lo que pensaba, decía que le
dolían las costillas, traía un morete en el ojo y una cicatriz en el cuello
producto del filo de un cuchillo que le pusieron cuando le gritaban que ella no
era nada. Había sido el monstruo años atrás...
Al cabo de escucharla por vez primera no lloré, la abracé,
le dije lo único que salía de mí, que la amaba, que ahora todo estaba mejor,
que las cicatrices habían sanado y que yo estaba trabajando duro por ser una
mejor versión. Solo me miro con sus lentes rotos y su ojo a medio abrir, me
pidió ser feliz.
El monstruo desapareció, tengo la esperanza de que se haya
disuelto en un agujero grande. El miedo se disolvió y si es que se le ocurre
volver en esta ocasión no tendré ninguna cortesía.
Oscura mente
Jiz
P.D 1 Es un alivio saber que las cosas fueron como son.
P.D.2 La luz no llego, ahí ha estado siempre, solo que a
veces con los ojitos miopes que tengo no alcanzaba a ver.
P.D.3 Si alguien ve al monstruo dígale que la sonrisa aun no
la pierdo y que a veces y solo a veces le recuerdo con cariño de ese que la
sombra del recuerdo me dice que está bien sin mí y sin un nosotros.