sábado, 7 de septiembre de 2024

Iyari

                                                                             "... pedacito de mi vida..."


Fue un Miércoles, temprano me levanté para ir a revisión al hospital, mi barriga estaba enorme y llena de latidos. Mi mamá, como siempre, me acompaño y al llegar al hospital, ya no me dejaron salir.

Un hombre en bata blanca, tocaba mi vientre y media mi cuello uterino, todo dilatado, todo ensanchado y con breves espasmos, dijo: "ya no se va, toca que se quede, toca que respire y camine..." Asome mi cabezota por la ventana y le dije a mamá que Iyari ya estaba asomando sus ojitos, ella me miro, sonrió y sus ojitos se llenaron de agua. Ahí se quedo ella, esperándonos.

El parto fue largo, no tuve dolores y los médicos decidieron aplicar dos inyecciones para inducir el parto, nunca tuve contracciones, me quede acostada en la cama con un suero en mi brazo, pasaron muchas horas antes de que de nueva cuenta me inyectaran. Oí lamentos, gritos y decidí dormir abrazando mi barriga.

Hasta que sentí, de esos dolores donde mis caderas se rompían, crujía mi cuerpo, respire, y seguía el dolor, respire y respire.

Llegaba la noche y un médico decidió que, por cuidado del bebé debía ser cesárea. ¡La raquea! Estuve consiente todo el proceso, lo vi nacer, lo tuve frente a mi y no pude más que llorar, conté sus dedos como desesperada, le revise los ojos, las manos, el cabello, todo pues.

De eso hace 8 años, y cada que pasa el tiempo doy gracias a él por haberme escogido en este tiempo y en este espacio, algún día le hare saber que en los momentos mas duros él ha sido las manos que me impulsan a seguir y que su mirada y sus brazos me dan la fortaleza de querer se un mejor ser humano.

Feliz cumpleaños Iyari Nimitzthlazotla siempre, de aquí a que se colapse el multiverso.

Gis, eternamente Gis.



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