viernes, 6 de enero de 2012

A fuckin and dirty nite


Hacia frió y apenas ese día comenzaba la chamba, me había puesto nerviosa desde la noche anterior, como en cualquier trabajo hay reglas de operación, y aunque la ventaja es que soy mi propio jefe, me explicaban las "chicas" debo ponerme metas, porque de cualquier forma una debe ser competitiva, algún día seré como Slim creare un gran emporio de la putería, las casas de citas serán como los sanborns, leí hace poco que en Estados Unidos ya venden un vino que se llama "Bitch" ¿a que sabrá? Tal vez en la etiqueta diga: "Uva de California con un ligero aroma a papaya, acompañado de notas de mecos, cuidadosamente guardado en barricas de roble blanco…" o tal vez si lo bebes una se vuelve más perra…

Así que como buena micro empresaria decidí ponerme reglas básicas, fundamentales para el crecimiento de mi negocio. Consulte a un mercadologo y me dijo la importancia de saber a qué publico iba dirigido mi "servicio" y me preocupe un poco porque después de leer libros de auto ayuda sabía que no podía ser una más, que tenía que ser una puta que brindara un servicio con los más altos estándares de calidad.

¡Toda una vida cojiendo de a gratis!, ¿cuánto dinero desperdiciado? y nomas por no haber tenido el espíritu empresarial, Me aliste y salí a la calle para ver que encontraba, y lo único que cache fue muchísimo frió, las piernas congeladas y un terrible dolor de espalda con el que apenas y podía, cada que pasaba un auto repetía las mismas palabras: "250 mas hotel, servicio completo" levantaban a los trans que se ven  más buenas que una, y que a veces cobran menos.

Esta dura la crisis, regrese a mi casa con un mezcalito pa quitarme el frió, frió que se volvió peda, peda que se volvió cruda y cruda que se volvió contra mí.

Tiempo más tarde conseguí entrar a una casa… me pagaban 200 sin enfriarme, llegaban solitos los  clientes con las cosas más raras en la cabeza alguna vez un tipo pago por verme pintar las uñas, fue rarísimo le explique que de inicio se le daba una estimulación y ya luego, dependiendo de cuanto hubiera pagado podría penetrar en las posiciones acordadas… No tardo mucho en decirme que no me preocupara  que lo único que tenía que hacer era acostarme en la cama, se acerco y miro, nunca me toco ni si quiera el pelo, fue al tocador donde había dejado una pequeña maletita, de principio me asuste un poco porque vi como sacaba una bolsita con cosas, me dio un perfume y pidió me lo pusiera, era un perfume fino, me lo puse. El tiempo iba pasando y me dio un barniz rojo, se sentó a mi lado  y me pidió me quitara las medias tomo el barniz y me dijo: "píntate las uñas"; así lo  hice, el tipo miraba como lo hacía detalladamente y yo podía ver como cada vez se excitaba mas, justo cuando yo iba  a terminar el hizo una expresión de satisfacción que pocas veces había visto, termino, me dio un beso en la mejilla y salió de ahí.

Pero la noche más sucia de mi vida fue una en la que un tipo gordo, enorme que apestaba a cerdo tan solo con verlo fue a la casa, me toco atenderlo, ese wey se me hacia conocido, no sabía de dónde ni cómo pero seguro lo había visto antes; el caso es que llevaba escolta misma que igual que él se dio gusto con las chicas de ahí, subimos a uno de los cuartos, yo tan solo de verlo me asqueaba, el muy cabrón decía que se tragaba sin broncas unos tres pollos rostizados, se desnudo y apenas se le veía algo pequeñito debajo de tremendo barrigón, ¡puta madre! ¿Y si me asfixiaba debajo de su lonja intentando mamársela? Afortunadamente el llamo a su escolta y le llevo una maleta, acto seguido el escolta desapareció y ya no se oía ruido por ningún lugar, el wey sacó un traje de sirvienta, con mandil y toda la cosa me ordeno me lo pusiera, fuera hacia la cocina e hiciera como si estuviera cocinando.

Llego hasta ahí, me tomo por la espalda y me dijo un montón de pendejadas que en lugar de provocarme excitación me daban mas asco, se vino antes de siquiera hacer algo mas, lo cual me produjo un gran alivio pues no concebía al cerdo ese encima de mí. El tipo jadeaba como si hubiera corrido un maratón, casi podía imaginar cómo sus pulmones se colapsaban por el esfuerzo. Sonrió y me dijo que siempre había tenido la fantasía de cojerse a su madre, que la ropa que me había puesto era de ella, y que él podía ver como su vieja lo provocaba cuando hacía de comer…

Me fui a casa y me bañe tres veces, sentía su aroma en mi pelo me tome unos tequilas y me quede dormida, al otro día encendí la televisión y ahí estaba ese pinche gordo diciendo que la inflación iba a ser peor este año.


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