Recién me recostaba, y casi sin cerrar los ojos grite, mi grito era de ahogo, el ahogo se volvió angustia y cuando sentí que caía al vacío la angustia se volvió silencio, trague gotitas de colores, uno, dos goteros, todos bajo la lengua, lo amargo de la sustancia mataba las fraudulentas mariposas. ¿¡Llegue!? El piso parecía tintero, mis pies embadurnados de negro dejando huellas de chicle. Separar los pies del suelo era extenuante, ¿no sería mejor flotar?, ¿y las alas?
Otro poquito de sustancias de colores y la mente se aclaró
¿o no? Las montañas tan inmensas de mi mente se agrietaron, salieron cosas bien
raras, el grillo, (¿les platique del grillo?) musitando musiquita en mi oído,
saltando entre mis cabellos todos alborotados, casi como mis ideas, alocadas y
esparcidas entre dulces. De las grietas brotaron hierbas, hojitas rasposas que
cargaban insectos rojos, verdes, peludos, sin pelo, brillosos, opacos,
ambivalentes, ¿así somos? ¿así nos hacen? Creemos constantemente en creer[i]
que la razón es lo único irrefutable, los mundos aun siendo de colores, nos
esforzamos en verlos neutros, ¡qué coño de vida! Huimos de lo palpable y
añoramos lo eterno, la memoria de lo que percibimos es tan subjetivo como las
sensaciones.
Seguí caminando, molesta no quería luz, buscaba negro, pero
no tan oscuro, de ese chidito bien lleno de pecas, ¿Y sí la oscuridad es un salón
de fiestas? Todos bailoteando con ritmos cachondones, el polvo se levanta y nos
aterriza de nuevo, esparcidos en pequeñas moléculas centelleantes, alumbrando
vidas u oscureciendo almas. Los brillos deslumbran y retumban entre cuerpos de
humanitos soñando a ser.
Vamos de a poco, dejemos polvo en nuestro andar, que tus
pasos, mis pasos, nuestros pasos, dejen monstruosas montañas de colores,
alientos de flores, ojitos brillosos con pupilas dilatadas y las ganas, (¡ay
que nunca falten las ganas carajo!)
Regrese tan contenta de no ser nada, ni nadie, de abrazar lo
oscuro, y la cagué grite tu nombre con las ganas del olvido, pinches
madrugadas, pinches noches y pinches sueños.
Fin del comunicado.
Jiz
[i]
¿qué no de la duda no se hace ciencia? Y, no, no es redundar; el creer a creer
es una nulidad, creo.
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