viernes, 3 de enero de 2025

Luces

Traía un dolor en la espalda como de esos en los que no sabes bien si te duelen los hombros o algo más...

Me levanté de a poco de la cama y comencé a pensar en que los dolores tenían que ver con mis huesos.

Huesos, besos...

El dolor era tan intenso que desprendi de a poco la ropa, primero la playera, ya luego el brasier, el dolor cedia de a poco y luego comprendí que el peso era lo que me causaba dolor.

Decidí pues, romper de a poco con eso, me saque el homoplato. Rasque con todas mis fuerzas hasta que pude sacar un cascajo de hueso, salieron chorros de sangre y luego quise tapar ese agujero inmenso...

Nomás la sangre no cedía. Intenté con un paño húmedo, y nada, le puse hielo y solo se había entumecido. Luego, tome un tramo grande de tela. Lo apreté tanto como me fue posible.

Nada. 

Nada.

Nada.

Mis ojos se comenzaron a tornar en blanco. Lo húmedo de la sangre me hizo pensar en que debía quitar el resto, tome valor, quite el siguiente hueso, de a poco la sangre corría y corría...

Me quedé sin peso, pensé ¿Y el agujero?

Ahí blanco, vacío, sin nada.

¿Qué hay en ese espacio?

¿Habrá algo?...tal vez no.

Huecos y más huecos.

Vacios sin fin, interminables. Llenos de espacios infinitos que solo abren y abren y abren.

Nada los llena, nada, la nada también es un espacio tan lleno de tanto.

Soledad, libertad, espacios pues.

Mis ojos se tornaron en negro y ya al fondo aprecie la luz. Esa que es infinita, que deslumbra. 

Hallaron mi cuerpo vacío de sangre y lleno de luz.

Infinita mente Jiz.

PD. Lo único que en los últimos años ha llenado mi espacio tan vacío eres tú Iyari mi corazón.



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