Algunas veces, se busca la luz aun siendo intermitente.
Otras veces,
se busca la oscuridad.
En la
penumbra acechan las sombras titubeantes de escombro, se regocijan con
adrenalina y titubean con la fuerza.
Del miedo
brotan preguntas que no siempre tienen respuesta.
De la vida lo
que hay y de la muerte lo que queda. Jugamos a ser, replicamos lo aprendido y
pocas, muy pocas veces, cambiamos lo dañado. Hay quienes trasladan sus miedos,
la furia, y el dolor a quienes se atreven. En un país de desaparecidos, las
sombras cobijan incertidumbre, a la luz se siembra la impunidad y el estado de
Derecho es solo un sollozo.
Triste mente
Jiz.
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