jueves, 15 de mayo de 2014

Una de esas historias...


Por la mañana descubrieron su cadáver, la sangre cuajada se confundía entre la mierda de los perros, las llantas tiradas y bolsas llenas de basura.
Su cara brillaba, la gente se amontonaba a ver como sus ropas roídas por las ratas dejaban al descubierto su cuerpo hinchado como globo.
Hacía apenas unos días la había topado, enfrente del cine la banda se juntaba a cotorrear y si, también a inhalar chemo. La "Debbie" le jalaba tanto que parecía había un concurso de bolsas gigantes parecidas a globos, globos que permitían viajar tan lejos como el piso pudiera encontrarse, balbuceaban recargados en los muros acerca de historias mágicas llenas de resístol.
Ese día llego el Puas enojado le reclamo a ella que estuviera embarazada, Debbie no pudo más y gritó, grito tanto que los oídos de él parecían romperse, fue entonces que se agacho y sin más saco la navaja que traía oculta en las botas, la tomo y al acercarse le pico el vientre al menos tres veces seguidas, los ojos de ella parecían salirse de su boca dejaron de salir palabras para salir buches de sangre, él la abraza, la consuela y la invita a viajar un poco más lejos de lo acostumbrado, la pica una vez más ahora en el cuello.
Como novios, la lleva cargando, él suspirando ella ahogada.
¡Que bella era! decían los morbosos.

Gix


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