viernes, 29 de octubre de 2021

Las putas no se enamoran.

 I.

 ¡Las putas no se enamoran! decía la voz en mi cabeza mientras el hombre en turno agitaba su cuerpo sobre el mío, sus ojos cerrados me hacían ver que estaba absolutamente concentrado en venirse, me gritaba que le dijera "papito" mientras mis pies yacían en sus hombros, su sudor caía en mi boca hasta que en un solo grito su miembro hinchado explotara en mis adentros.

Para cuando termino, mi cuerpo estaba tumbado junto al suyo, empapados de sudor sonreía y me contaba que hacía mucho no estaba con una mujer, que extrañaba el aroma y la humedad propia del sexo.

II.

Cada uno de los hombres que han pasado por mis abrazos han sido especiales todos besan y dejan huella en la piel. No sé qué es lo más difícil de olvidar, sus ojos cuando están en éxtasis, su aroma, su ruido, no sé.

He ido coleccionando besos e imágenes constantes de cuerpos revueltos, a todos les deje un beso en los labios con la esperanza de verles de nuevo, algunos (pocos) regresan por un instante otros (muchos) dan la vuelta.

III.

He visto sus ojos un instante y de pronto se transformo mi piel, ordenaba cada día tareas, todas debían ser cumplidas en su totalidad. 

Ese calor que da cuando se hace la tarea abre un camino poco conocido en lo ordinario, lo extraordinario deja una continua sensación de cachondería inconclusa. Esa es la magia, ahí está lo desordenado de mi mente.

!Las putas no se enamoran Señor! Sin embargo, en temas de piel lo mejor es dejarse llevar...


Jiz


P.D. Happy Birthday Bitch!

https://youtu.be/f_njTJUn9yk

jueves, 14 de octubre de 2021

¿A qué huele un hombre?

 


Estaba muy nerviosa, sudaba como pocas veces, de la espalda corría el agua, llegaba la humedad hasta las nalgas. Las manos me temblaban, y no era para menos. La cita era clara: follar hasta el cansancio.

Busqué el atuendo adecuado, transparencias pensé, medias y solo eso.

Al llegar la tarde lo encontré, ojos profundos y barbado. Debo confesar que me gustan esos hombres de ideas claras e imaginación desenfrenada, me inquietan la mente y la entrepierna.

Nos vimos y nos besamos, me tomo de la mano y fuimos al hotel.

Me beso despacito, su lengua recorriendo mi boca, llego al cuello, me tumbo en la cama y desnudo rápidamente, de esas urgencias monstruosas por apagar la sed. Lamio todo… me abrió cual si fuera un libro, recorrió hoja por hoja, restregaba su barba y la humedad no paraba, solo escuchaba gemidos, hasta que ya no pude más. Le pedía subirse, recargar su peso completo, exigía su fuerza, mientras sus uñas rasguñaban mi espalda deje de pensar y llego la explosión.

Tumbados en la cama nos quedamos, tomando aire seguíamos besándonos, sus manos seguían jugando conmigo, me deje llevar.

Estuve flotando un largo rato hasta que me derrumbe de cansancio… y sin embargo pediría más.

¿A que huele un hombre?

Ahí en ese instante a placer. Aun traigo su aroma en mi nariz.

Placenteramente Giselle

Fotografia: Juan Jose García.

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