miércoles, 27 de abril de 2022

La Palma.

 

Apenas el fin de semana pasado la CDMX (una porción) se volvió loca con la noticia de que removerían la Palma de Reforma, un símbolo emblemático (dicen ellos) de la Ciudad de México, como changos sin mecate se descolgaron a despedir el “monumento” que, dicho sea de paso, de acuerdo a los expertos es una planta inerte.

Fueron y abrazaron la planta en cuestión hasta lloraron y ahí pues se les iba la imagen “consagrada” de la Ciudarks… Llama mi atención toda la estrategia mediática en torno a un evento que, si somos honestos, no tendría que ser tan dramático.

Por otro lado tenemos el relajito del tren maya + el relajito de la seudo “consulta ciudadana” (que la neta la neta fue un simulacro de las elecciones y el viejillo colmilludo agarro del presupuesto y censó como está el clima político y ver qué tan colocado sigue en el puesto “ojo” es mi visión y me vale madre lo que los morenos digan jajajaja) + el triste fallecimiento de la chica de Monterrey + que encuentran a las otras chicas + que dicen que el cubrebocas nunca fue obligatorio (chingome yo) + que si las feministas son morras pagadas por la derecha y son reaccionarias + que esas mismas tienen un bunker lleno de bombas antimisiles (O=) + que la recuperación económica está más lenta que una tortuga + que los precios de la canasta básica están subiendo + que si los Rusos nos invaden y los Ucranianos son los chidos + que al Biden se le va el carrete + y + lo que Usted quiera agregarle.

Habría muchos asuntos más importantes que una palma seca y enferma, casi igualita que los politiquillos que tenemos, pero, ¿qué hacer en un país de símbolos y no de raíces?

¡Pero no!, (citando a Zumo) mejor no hablar de ciertas cosas….

Emputada mente Jiz

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