martes, 6 de abril de 2010

El metro


Era tarde cuando Laura decidió armarse de valor y salir a la calle a conseguir unos pesos, dudo mucho.
Tomo a su pequeña hija de 5 años y caminaron juntas hacia el metro mas cercano, la niña preguntaba ansiosa
- ¿iremos al parque?-
la respuesta de Laura era:
- mmmm después, tenemos que ir a trabajar-
- ¿trabajar mamá?, si tu solo me cuidas y papá, ¿ ya no trabaja?-
- eres muy pequeña, solo haz lo que te pido-

Y así tomadas de la mano abordaron el metro, Laura llevaba un pequeño trozo de tela en las manos, subió al vagón espero a que uno de los vagoneros que vendía chicles terminara su turno, se acerco a el muy nerviosa y pidió permiso.
Así se dispuso a hablar, la gente cada una ensimismada en sus propios problemas, con audifonos algunos otros durmiendo, la niña camino esperando a que su mamá dijera algo.
Intento hablar:
- mmmm Buenas tardes -
trastabillo un poco, su voz apenas y era perceptible, algunas lágrimas se le escurrieron, ya en un segundo intento:
-Señores, mmmm no se si me permitan pasar a sus lugares mmmm les limpio los zapatos mmm ¡ayudenme, necesito dinero, no tengo trabajo!-
Así ordeno a la niña caminara delante de ella, se acerco a un señor, se hinco, tomo su trapo y le pidió permiso de limpiarle, el señor le dijo NO, sin embargo le dio algunas monedas.
Ella siguió su camino, que parecía interminable algunos pasajeros le dieron dinero, otros tantos solo la observaron, como se observa un cuadro, así inmutable.

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