martes, 26 de septiembre de 2023

Desvelo

Me senté en la orilla de la cama con la intención de levantarme a buscar mis gotas y poder conciliar el sueño.

Al levantar la cara, en la puerta del closet apareció una imagen, no podía ver bien, con la poca luz y mi mucha miopía, difícilmente podría describir con exactitud su rostro. 

Talle mis ojitos chingüiñosos, y apreté cerrándolos tanto como me fue posible, tons como que se aclaró el panorama, me acerque despacito y ahí estaba, "cabroncito" si te había esperado tanto! El dijo que andaba ocupado en otros menesteres, pero que cuando intentaba acercarse siempre ocurría algo, que si las arañas son patonas, que si había tráfico, que la neta no pasaba el pinche metro, en fin. Le pedí que se callará y reclame su falta de respeto a mi, a mi tiempo, a la distancia carajo!

Sonrío de ladito y me besó.

De ahí, pues el insomnio se volvió tibio, y luego caliente y luego intempestivo. Y luego jadeante hasta terminar en calma, de esas bien silenciosas que ayudan al descanso del cuerpo.

Juro que solo me volteé un instante a mirar el reloj, ¡La hora! 4:50 a.m. y justo cuando iba a decirle que debía levantarme, el muy chingón se había disuelto entre las cobijas. Mira tú Gis si será canijo. Tanto regocijo que me quito el sueño. 

Sacudí la cobija para ver si no quedaba un rastro de él, como es su bendita costumbre se fue, seguro hoy por la madrugada regresa. 

Siempre a las 3:33 a.m. todos los días.

Toca tocar en el desencanto del sueño.

Desvelada mente

Jiz, por cierto si ven a Yeye díganle que regrese y que deje de andar brincando en sueños y delirios ajenos.



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