sábado, 4 de noviembre de 2023

Una de muertos

 Cuando niños solíamos ver como la abuela se preparaba para esperar la llegada de los difuntos, compraba una gran variedad de chiles mismos que desvenaba y secaba al sol con una paciencia impresionante, ya luego llevaba a moler los chiles y nos preparábamos para la cocinada. En una olla de barro enorme, ponía a freír con manteca ajos, cebollas, clavo, pimienta, comino y tortillas, ya luego en el metate molía despacio las especias hasta que quedara una masita misma que sofreía con el polvo fino de los chiles, caldo de pollo y chocolate hervían hasta que veíamos el mole terminado.

Nos reuníamos a comer, cinco familias con críos incluidos, un relajo de ruido en el patio de la casa, 14 nietos en total. Nos mandaban al deportivo, los más grandes cuidaban de los que éramos más pequeños mientras que jugábamos carreras interminables en circuitos que la prima mayor creaba para mantenernos tranquilos, al regreso las mesas de grandes y pequeños se volvían enormes y la sonrisa de la abuela era inmensa.

Ya un día crecimos, los mayores dejaron de asistir y la convivencia se volvió lejana. La muerte nos asiste de vez en cuando, y nos pone en caminos aún más distantes, mi abuela partió hace 15 años, hace un año mi Tía la mayor, apenas un primo. Los secretos de familia perpetúan silencios que deberían ser risas o lágrimas. Imagino a mi abuela abrazando a su Chatis, y a Chatis abrazando a su hijo. Espero, que nos sigan ahí mirando a la lejanía.

 Dos.

 Anoche recibimos a nuestras visitas, todos bien puntuales, se admiraron de vernos, pidieron Huapangos para oír, La bruja cantaba mi Tío Fulgencio, dieron un sorbito al aguardiente y se armó el bailongo, mi abuelita María pidió unas galletas con café, despacito las remojo y las comía. Mi abuelita Celia tomo su cepillito café y me hizo señas, me dijo que andaba greñuda, jalo un banquito y me arreglo el cabello, me regaño un poquito y en voz bajita me recordó cuando era niña.

Mis Tíos sonrieron al ver los tamales y me pidieron cuidar de mi mamá, de papá y de mi crio.

Revise mi reloj, el frio era mucho, el velo entre las dimensiones se hizo delgadito, podemos ver y sentir que la tierra de los vivos es menos ruda cuando lo eterno de las almas llegan a vernos.

Xantolo, 2023.

Nimitswika panoyolo.

Mitztemoa noyollo.

Gis.

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