Esperando a que pasara el tiempo y fumando un cigarro veía colas y colas de gente que, al igual que yo realizaríamos el examen de ingreso a la UNAM, sin embargo llamaba mi atención, de manera particular la conversación que tenían los chavos detrás de mi, hablaban de la mariguana y sus efectos, me causaban risa los detalles, pero mas llamo mi atención sus argumentos para la legalización de la misma.
Evidentemente eran consumidores, su interés en realidad era que les permitieran consumir libremente la droga, y hablaban de la libertad de hacer con su cuerpo lo que ellos quisieran, al fin y al cabo era su cuerpo y en todo caso podían contaminarlo como ellos quisieran, curiosamente observaban como daba la ultima a mi cigarro con una mirada condenatoria, como diciendo: ¿tu qué?, también usas drogas, licitas pero drogas; simplemente voltee y sonreí; los mire mofándome, yo podía contaminarme libremente ellos no, seguían con la discusión e incluso hablaban de que si se pudiera liberar el consumo ellos podrían comprarla mas barata, por eso que denominan oferta y demanda.
La fila comenzó a avanzar y los nervios de todos se incremento, ellos seguían en lo mismo prendieron un cigarro y ahora hablaban de que según ellos podrían comprar en mayor cantidad y hacer un guardadito, uno le dijo al otro:
- sha! Pero si hay una fiesta, ps’ la sacas e igual se hace el bisnes
- Ps’, igual.
Lo cierto y lejos de mojigaterías, es que, es una droga que muchos jóvenes hoy día la consumen, en cualquier cantidad, en una encuesta que se realizó hace tiempo un dato que es de pensarse es que la gran mayoría de los mexicanos jóvenes han probado en algún momento la mariguana, entonces para que esa doble moral.
No se si sea bueno o malo eso de desmitificar por un lado el consumo de la misma y después legalizarlo, es cierto que es un tema polémico y que levanta ampula, sobre todo a los moralistas.
El hecho es que esos chavos tienen razón, si – supongo- se crean jóvenes con valores pero además con conciencia, entonces estos pueden tomar desiciones racionales.
Supongamos que se legaliza; muy probablemente el precio de la hierba se incrementaría en poco tiempo por que seguramente al ser algo legal muchos, por curiosidad o por morbo la probarían, no nos asustemos igual ocurrió con el cigarro y el alcohol y hoy día son drogas incluso permisibles socialmente, pero paulatinamente los consumidores reales provocarían un descenso, y los que se dejaron llevar por el momento dejarían de consumirla, insisto igual ocurre con el cigarro y el alcohol.
El problema no es entonces, que la legalicen o no, el problema es mas bien de índole económico, ¿cuantas ganancias quedarían sueltas?, estoy segura que aquellos que manejan esas ganancias no tienen intención alguna de que se legalice, solo imaginar el mercado que perderían por cuestión de impuestos.
De pronto y después de esta reflexión voltee la vista y un señor con semblante de hastió se acerco a los chavos, ellos se sonrojaron e inmediatamente tiraron el cigarro, se trago el humo uno de ellos, tosió y solo dijo se me antojo, son los nervios.
Evidentemente eran consumidores, su interés en realidad era que les permitieran consumir libremente la droga, y hablaban de la libertad de hacer con su cuerpo lo que ellos quisieran, al fin y al cabo era su cuerpo y en todo caso podían contaminarlo como ellos quisieran, curiosamente observaban como daba la ultima a mi cigarro con una mirada condenatoria, como diciendo: ¿tu qué?, también usas drogas, licitas pero drogas; simplemente voltee y sonreí; los mire mofándome, yo podía contaminarme libremente ellos no, seguían con la discusión e incluso hablaban de que si se pudiera liberar el consumo ellos podrían comprarla mas barata, por eso que denominan oferta y demanda.
La fila comenzó a avanzar y los nervios de todos se incremento, ellos seguían en lo mismo prendieron un cigarro y ahora hablaban de que según ellos podrían comprar en mayor cantidad y hacer un guardadito, uno le dijo al otro:
- sha! Pero si hay una fiesta, ps’ la sacas e igual se hace el bisnes
- Ps’, igual.
Lo cierto y lejos de mojigaterías, es que, es una droga que muchos jóvenes hoy día la consumen, en cualquier cantidad, en una encuesta que se realizó hace tiempo un dato que es de pensarse es que la gran mayoría de los mexicanos jóvenes han probado en algún momento la mariguana, entonces para que esa doble moral.
No se si sea bueno o malo eso de desmitificar por un lado el consumo de la misma y después legalizarlo, es cierto que es un tema polémico y que levanta ampula, sobre todo a los moralistas.
El hecho es que esos chavos tienen razón, si – supongo- se crean jóvenes con valores pero además con conciencia, entonces estos pueden tomar desiciones racionales.
Supongamos que se legaliza; muy probablemente el precio de la hierba se incrementaría en poco tiempo por que seguramente al ser algo legal muchos, por curiosidad o por morbo la probarían, no nos asustemos igual ocurrió con el cigarro y el alcohol y hoy día son drogas incluso permisibles socialmente, pero paulatinamente los consumidores reales provocarían un descenso, y los que se dejaron llevar por el momento dejarían de consumirla, insisto igual ocurre con el cigarro y el alcohol.
El problema no es entonces, que la legalicen o no, el problema es mas bien de índole económico, ¿cuantas ganancias quedarían sueltas?, estoy segura que aquellos que manejan esas ganancias no tienen intención alguna de que se legalice, solo imaginar el mercado que perderían por cuestión de impuestos.
De pronto y después de esta reflexión voltee la vista y un señor con semblante de hastió se acerco a los chavos, ellos se sonrojaron e inmediatamente tiraron el cigarro, se trago el humo uno de ellos, tosió y solo dijo se me antojo, son los nervios.