lunes, 13 de diciembre de 2021

Cuento oscuro para días brillantes.

 

“En verdad muchas cosas dejaron de importarme. Y me alegro.

Que me roben las maletas y yo pueda viajar con las manos libres.”

Alejandra Pizarnik a León Ostrov.

“El monstruo desapareció” decía una nota que encontré arrumbada en un viejo libro. No tenía remitente, solo era eso un pedazo de papel viejo con esa extraña leyenda.

Quise indagar sobre quien pudo haberlo escrito, le pregunte a mi sombra y solo se dio la vuelta musitando en voz bajita “fuimos todos”, no quería quedarme con esa duda y fui a preguntar a las fotos, encontré una imagen que estaba como borrosa, al fondo parecía que había unos árboles de esos grandotes en los que dicen las brujas se columpian, luego la imagen de una niña pienso que era pequeña porque apenas y alcance a distinguir una trenza larga y un vestidito de color rosa.

En eso llego mi sombra y de nueva cuenta me dijo: “fuimos todos”

La verdad que me enoje y le grite dos tres groserías pidiéndole que fuera clara. Ella me contesto burlonamente que lo único claro era que yo no quería escuchar.

Paso seguido corrí al armario, busqué cualquier cosa que me diera una señal, y encontré un cuaderno de notas viejas, me senté a leerlas de nuevo, encontré poemas y cartitas bobas, algunas debo confesar me pusieron rojitos los ojos. Pero ahí estaba una señal, una hoja estaba rota, justo en una esquinita, fui rápido por la nota y comparé, la hoja era de ese cuaderno. ¡Bingo!

Con la certeza que da el miedo, decidí preguntarle a mi vieja versión, la encontré bastante más rota de lo que pensaba, decía que le dolían las costillas, traía un morete en el ojo y una cicatriz en el cuello producto del filo de un cuchillo que le pusieron cuando le gritaban que ella no era nada. Había sido el monstruo años atrás...

Al cabo de escucharla por vez primera no lloré, la abracé, le dije lo único que salía de mí, que la amaba, que ahora todo estaba mejor, que las cicatrices habían sanado y que yo estaba trabajando duro por ser una mejor versión. Solo me miro con sus lentes rotos y su ojo a medio abrir, me pidió ser feliz.

El monstruo desapareció, tengo la esperanza de que se haya disuelto en un agujero grande. El miedo se disolvió y si es que se le ocurre volver en esta ocasión no tendré ninguna cortesía.

Oscura mente

Jiz

P.D 1 Es un alivio saber que las cosas fueron como son.

P.D.2 La luz no llego, ahí ha estado siempre, solo que a veces con los ojitos miopes que tengo no alcanzaba a ver.

P.D.3 Si alguien ve al monstruo dígale que la sonrisa aun no la pierdo y que a veces y solo a veces le recuerdo con cariño de ese que la sombra del recuerdo me dice que está bien sin mí y sin un nosotros.

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