martes, 10 de febrero de 2009

La economía de mis recuerdos.

Fue hace como 13 años, vaya que ha pasado el tiempo, hoy con treinta todavía siento lo mismo. Estaba en la Universidad, hacia tiempo que lo había conocido de hecho fue cuando estudiábamos juntos la preparatoria, compartíamos muchas ideas, además de las clases de economía que cursamos en los últimos semestres y aparentemente solo éramos buenos amigos.
Lo extraño de todo esto, es que aun hoy seguimos siendo amigos, ya no como antes; hablamos de vez en cuando y solo para saber como estamos y como ha marchado todo. Y tal vez por la nostalgia.
Lo cierto es que todavía permanece en mi memoria como si fuera ayer. Lo recuerdo perfectamente habíamos estado en una fiesta y, como es de esperarse hubo muchos tequilas. Era tarde y me llevo a casa, ahí estábamos solos, entre los sillones viejos y un estereo que con mucho trabajo tocaba, o al menos eso pensábamos, la platica subía de tono, discutíamos que era mejor si la física o la economía, el decía que la física tenia mas aplicaciones que la economía, él había entrado a la UAM a estudiar física después de al menos dos intentos fallidos en la UNAM.
No podía entender porque había renunciado a estudiar economía, cuando supuestamente era parte de esas ideas que compartíamos, en el primer intento ambos hicimos el examen y para la misma carrera, me causo envidia cuando llego el día en que aparecieron los resultados en la Gaceta, llego como a las 9:00 a.m. a tocar a mi casa, salí como loca a abrirle, ( en realidad ahora que lo analizo, creo que salí corriendo no por la Gaceta sino por que el estaba ahí ) estábamos muy nerviosos, le di el numero de folio con el que estaba registrada y sorpresa el si se quedo y ¡ en la Facultad !, volteo y me miro, yo esperaba unas palabras de solidaridad, ! NO ! encontré una risa burlona y que además me decía tonta.
Se lo reproche, después de tantos tequilas y algunos vasos de cerveza, tenia el valor suficiente de decirle: “ tonto te burlaste y encima no quisiste el lugar “. Lo malo es que de nuevo conseguí lo mismo; una risa burlona, se levanto al baño y cuando regreso seguía pronunciando lo bello de la física, y yo seguía pensando, eres un tarado.
Entre más pasaba la noche y cada uno de nosotros hablaba de las bondades de nuestros estudios, comencé a percatarme de lo lindo que hablaba, no entendía nada, pero igual se me hacia interesante y además me di cuenta que tenia los ojos negros, la piel muy blanca, una boca pequeñita pero con una cicatriz del lado izquierdo que era casi imperceptible, a menos que, como yo no se le quitara la vista de encima.
De nuevo se paro al baño y comencé a asustarme, ahora resulta que el payaso ese me gustaba, tome un caballito, por aquello del valor, y me lo trague de un sorbo, solo sentía lo caliente del alcohol y como cuando llego a mi estomago comenzó a arderme, regreso del baño y decidí volver a verlo como mi amigo, el de las parrandas, el que me consolaba cuando estaba triste, el que se burlaba de mi cuando cometía un error, el que era odiado por casi toda la escuela por payaso. Pero ya no pude.
Dejamos que entre las canciones de Caifanes y José José la noche nos llevará a justo el punto en el que la física y la economía convergen.
Y siguieron haciéndolo durante casi diez años, entre idas y regresos constantes.
Hasta que hace tres años, muchas lagrimas más tarde y mas tequilas que antes, decidimos que cada ciencia debería estar con su cada cual, pues juntas en mala proporción no funcionan correctamente pero también observamos que el amor al igual que la energía no desaparecen solo se transforman y que, como en economía a veces el que no arriesga, no gana. Yo gane.


1 comentario:

AMIRA RUIZ R. dijo...

CHALE, NETA QUE SI LLORE, JEJEJEJE!!!!, PERO TE QUEDO CHIDO, OYEP, SI SE TE DA, ME GUSTA ME GUSTA!!!!!, TU TEXTO EH!!!

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